16 mar 2015

“Los poderes financieros han llegado a los medios para quedarse”

 “Están aquí para quedarse”. Los bancos han tomado el control, directo o indirecto, de los grandes medios de comunicación españoles. El XVI Congreso de Periodismo Digital de Huesca ha tratado de desentrañar la influencia del dinero en el pulso informativo con la ponencia Poder financiero y periodismo. Pere Rusiñol (Alternativas Económicas) ha ejercido como maestro de ceremonias de un encuentro en el que han participado Giles Tremlett, corresponsal de The Economist en España; Tobías Buck, también corresponsal, en este caso para el Financial Times; y Santiago Carcar, de InfoLibre.
“El sector financiero ya no solo condiciona las líneas editoriales, sino que ahora es el propietario de los grandes medios. Y es difícil hacer periodismo si tu dueño es un banco”, ha arrancado Rusiñol. En este sentido, el desastre español se hace más patente si se compara con lo que pasa en referentes anglosajones como The Economist, The Guardian o el Financial Times.
Giles Tremlett ha explicado la experiencia de The Economist y The Guardian. “The Economist es una empresa privada que siempre ha tenido una relación muy estrecha con el mundo de las finanzas, entre sus accionistas están algunas de las familias más importantes de las finanzas. Pero dentro del accionariado hay un grupo con la responsabilidad de garantizar la independencia de la redacción. No es una garantía de por sí, pero esto hace que en la cultura de The Economist esté no admitir presiones”.


En cuanto a The Guardian, Tremlett ha apuntado las dos claves de su independencia: primero, que es propiedad de una fundación sin ánimo de lucro, que solo tiene el fin de publicar el periódico. Segundo, que durante los “años buenos” The Guardian ahorró mucho, e invirtió en otros medios que con la crisis ha ido vendiendo. “Esto le ha permitido tener una hucha de 800 millones de libras, lo que le da un colchón de 30 ó 40 años para asumir las actuales pérdidas”, ha revelado el corresponsal. Tobias Buck, del Financial Times, ha insistido en la idea de que no hay como tener dinero en caja para escribir con libertad: “Somos un periódico que gana dinero, y gracias al crecimiento de las suscripciones online somos ahora menos dependientes de la publicidad”.
Mientras eso sucedía en Reino Unido, en España la fiesta del turbo capitalismo tenía un final infeliz. Santiago Carcar, ahora en InfoLibre tras ser echado de El País, ha vivido en sus carnes el proceso. “Los bancos han aprovechado la debilidad de los grupos mediáticos para tomar posiciones. Esa debilidad no viene sólo de la crisis, sino también de la megalomanía de quienes quisieron construir imperios a base de crédito”. Además de con dinero, los poderes financieros han entrado con actitud: “La publicidad del Santander en la portada de todos los grandes diarios era una señal: estamos aquí para quedarnos. Antes no estaban cómodos en la primera línea de los medios, pero ahora ven que desde dentro es más fácil manejarlos”.
¿Sería posible en el ámbito anglosajón un caso como el de la publicidad masiva del Santander? Para Tremlett, “sería difícil pero no imposible. Con millones sobre la mesa hasta The Guardian se lo plantearía, claro, pensando en el futuro del periódico. Pero… Es muy poco probable”.
Con los medios cogidos por donde más les duele, por la deuda, los bancos se han permitido tomar el control y evitar que se hayan publicado determinadas informaciones. Para Carcar, todo este proceso, paradójicamente, les va a salir caro: “En el pecado llevan la penitencia. Los medios bajo control de la banca pierden credibilidad a chorros”.
Tobías Buck ha sido preguntado por las presiones que reciben en un medio tan influyente como el Financial Times. “No sé si hay presiones, porque ni quiero saberlo ni debería saberlo. Debe existir un muro entre estas presiones y los periodistas”. Dicho lo cual… “No puedo decir que todo está perfecto. Ningún periodista del Financial puede estar contento con la cobertura que hicimos de la crisis. Faltó visión crítica, pero fue un error propio, no por presiones de los banqueros”.
Mientras tanto, en España… Santiago Carcar: “El peso de quienes pagan ha ido aumentando hasta unos extremos evidentes. Los medios siempre han tenido dueños, pero el equilibrio precario entre el editor y el señor de la caja ha saltado hace tiempo; en los medios se ha impuesto el dominio de los señores de la caja”. Tobías Buck echa leña al fuego: “En España hay una concentración de poder de la banca que no existe en otros países europeos. Al mismo tiempo, es evidente que los periódicos españoles están en una fase muy débil, por eso tienen más limitada su independencia respecto a estos poderes”.
Un ejemplo vale para rematar el diagnóstico. Lo pone Rusiñol. “En Cataluña hay cuatro grandes diarios. El País, donde CaixaBank tiene mucho peso en el accionariado; La Vanguardia, cuyo presidente editor se sienta en el consejo de CaixaBank; El Periódico, cuyo principal acreedor es CaixaBank; y el Diari Ara, cuyo principal accionista es consejero de CaixaBank”. Cuatro medios, un solo banco. “Es increíble para la democracia, ¿verdad?”, ha preguntado con sorna Rusiñol.

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