10 abr 2018

Carmena adjudicó la remodelación de la Gran Vía con una bajada del 40%

A mediados de esta semana se iniciaron las obras para la transformación de la Gran Vía, una de las arterias más emblemáticas de Madrid, para incrementar el espacio destinado a los peatones en detrimento del de los vehículos. Un ambicioso proyecto para el que el Ayuntamiento de la capital había presupuestado algo más de 9 millones de euros y que ha terminado por adjudicar por 5,7 millones, una baja muy significativa, en torno al 40%.


La licitación fue planteada en el último trimestre del pasado año antes de que se aprobara y entrara en vigor la nueva Ley de Contratos del Sector Público, uno de cuyos puntos principales es, precisamente, acabar con prácticas como la de tirar los precios para adjudicarse un contrato, aprovechando la circunstancia de que el peso del criterio económico sea mucho mayor que el resto.El contrato fue a parar a Ortiz Construcciones y Proyectos, que se impuso a otras 20 propuestas recibidas en el Ayuntamiento para realizar los trabajos. De acuerdo con los pliegos de la licitación, el peso de la oferta económica era del 75% mientras que el resto se correspondía con criterios de calidad, no valorables en cifras. De esta forma, el precio se convertía en el factor determinante en el que las licitadoras debían echar el resto.

De hecho, incluso antes de que se aprobara la normativa, que en realidad es una transposición de una directiva europea, el Ministerio de Fomento, la Administración Pública con una mayor actividad licitadora, ya introdujo una serie de medidas para tratar de evitar estas prácticas. Entre ellas, el incremento de la parte técnica de los contratos hasta el 40% (cuando antes raramente superaba el 30% en el mejor de los casos).

Polémica gestión económica
El precio de la adjudicación aviva el debate sobre la gestión económica de la actual corporación municipal. En los pasados días, los gestores del Consistorio destacaban que la deuda del Ayuntamiento se había reducido un 40% desde que Ahora Madrid está a los mandos. Desde hace tiempo, la oposición ha denunciado que esta reducción se explica por el hecho de que en los últimos ejercicios una parte importante del presupuesto se ha quedado sin ejecutar.   

Los trabajos para la remodelación de la Gran Vía se han  iniciado con algo de retraso sobre lo previsto, toda vez que el objetivo era ponerlos en marcha en las primeras semanas del año con el fin de tener listas las obras a finales del mismo. El inicio de la reforma de Gran Vía condiciona asimismo otro de los emblemáticos proyectos del Ayuntamiento, la remodelación de la Plaza de España.

La coincidencia de ambas obras provocará problemas de tráfico que el Consistorio ya trata de solucionar solicitando a los conductores que eviten, en la medida de lo posible, transitar por la zona desde el inicio de las obras de Gran Vía. 

Críticas de la oposición
En su día, la oposición, especialmente el Partido Popular, criticó la reforma de la Gran Vía al considerar que no se había tenido en cuenta la opinión de los principales afectados por la modificación urbanística, en particular los comerciantes. Además, también estimó que el coste de la transformación de la vía era excesivo, a lo que la corporación respondió que no debía confundirse el presupuesto inicial con el precio al que finalmente se adjudicara el contrato.

El vaticinio se ha cumplido y el Consistorio ha logrado un considerable ahorro en uno de sus proyectos más emblemáticos. El tiempo dirá si se ha tratado o no de una apuesta demasiado arriesgada.
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